El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer mantener el precio del dinero en el mínimo histórico del 0% y seguir adelante con su programa de compra de deuda por 80.000 millones de euros al mes hasta final de marzo de 2017 "o hasta una fecha posterior si fuera necesario". El organismo que preside Mario Draghi también acordó mantener la tasa negativa del -0,40% que cobra a los bancos por sus depósitos.
Draghi explicó en rueda de prensa que el consejo de gobierno discutió los datos económicos disponibles desde la anterior reunión de julio y también las nuevas proyecciones macroeconómicas, pero que no debatieron ampliar las medidas de estímulo monetario. El presidente del BCE consideró que si el programa de compras "funciona" habría que centrarse "en su implementación". Añadió que no se han producido cambios suficientemente significativos como para actuar, pero manifestó su disposición a hacerlo en caso necesario.
Durante la rueda de prensa, Draghi dijo que "los países con margen fiscal deberían usarlo; Alemania tiene margen fiscal". Asimismo, afirmó que "para que la política monetaria funcione a la perfección las demás políticas deberían contribuir a la recuperación, tal como ha dicho el G20".
El BCE prevé ahora un crecimiento del 1,7% este año, lo que supone una pequeña revisión al alza respecto al 1,6% pronosticado en junio, y del 1,6% para 2017 y 2018, una décima menos que en junio. Los expertos del BCE pronostican una inflación del 0,2% este año, del 1,2% en 2017 y del 1,6% en 2018, prácticamente igual que las proyecciones anteriores. Draghi subrayó que la institución que preside sigue esperando que la recuperación de la eurozona se producirá "a un ritmo moderado, pero sostenido".
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(Texto de elaboración propia realizado a partir del resumen de noticias de los servicios de prensa de Moncloa)
